Resumen de la 1ª sesión del nuevo curso en Navalcarnero

Como estaba previsto, el pasado jueves 13 de octubre empezamos el curso 2022-2023 del taller de filosofía con Solidarios para el desarrollo. La mitad de participantes eran veteranos del curso pasado y la otra mitad, caras nuevas, razón de más para empezar con una ronda de presentación y expectativas.

Enseguida aparecieron varias ideas interesantes: había quien pensaba en la filosofía como disciplina transmitida y acumulada en un diálogo de milenios y quien la entendía más como la filosofía personal de cada individuo (su manera de pensar). Un participante señaló que esa idea de un diálogo interminable a lo largo de los siglos chocaba con la tendencia del ser humano a desarrollar culturas distintas con respuestas distintas a sus problemas, mientras otros sostenían que hay una condición humana cuyos condicionantes no cambian con el contexto –la muerte, su consciencia, la del paso del tiempo, etc.–. Un asistente apuntó una cualidad que suele distinguir a la filosofía de disciplinas como las científicas, como es su capacidad de plantear preguntas sin darles respuestas definitivas y otro abundó en esa diferenciación: si saberes instrumentales como la ciencia funcionan como una brújula que nos dice dónde está el norte, la filosofía nos obliga a preguntarnos en qué dirección iremos.

Este curso hemos querido darle un enfoque más estoico implementando algunas de las actividades que estamos aprendiendo del Proyecto Boecio y que podéis encontrar en Filosofía entre rejas. Por ello, entregamos a los participantes unos diarios que habíamos pedido a Solidarios, ligeramente modificados (añadiéndoles la imagen de abajo), y les pedimos un compromiso que nosotras también hemos asumido. Se trata de dedicar todos los días, o al menos la mayoría, unos 20 minutos a leer un breve texto de Séneca –de las Epístolas morales a Lucilio, concretamente, de la número 37–, reflexionar por escrito sobre alguna de sus frases y, después de cada semana, repasar nuestras propias reflexiones y pensar sobre ellas, siempre por escrito.

Para terminar, Sofía nos propuso un pequeño ejercicio escrito para hacer en el momento: una situación hipotética con un personaje ficticio en la que teníamos que imaginar qué opciones tenía, cuáles escogeríamos en su lugar y qué motivos tendría para inclinarse por una opción opuesta a la nuestra. Tras hacerlo y entregárselo, nos despedimos para continuar el próximo día 27 igual que despedimos esta entrada, con nuestros mejores deseos.


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