Resumen de la 2ª sesión del nuevo curso en Navalcarnero

El jueves 27 de octubre tuvo lugar la segunda sesión del curso 2022-2023 del taller de filosofía que hacemos con Solidarios para el desarrollo. Tras un poco de confusión para saber dónde la haríamos y quién asistía, dimos comienzo a la sesión sin más dilación.

Empezamos hablando de si estábamos usando o no los diarios que dimos en la primera sesión y qué relación teníamos con el texto propuesto (la número 37 de las Epístolas morales a Lucilio que escribiera Séneca). Había quien había escrito algo, quien había escrito mucho y quien se había limitado a apuntar unas notas sobre el autor y su contexto.

Sofía nos tenía preparado un ejercicio en todos los sentidos de la palabra: varias series de flexiones en el suelo que nos sirvieron después para observar las fases por que habíamos pasado. Repasamos lo que habíamos sentido y pensado en ese corto tiempo y cómo podía aplicarse también al ejercicio reflexivo: la motivación al inicio y también cuando uno apenas ha empezado y todavía se ve totalmente capaz, el bienestar que conlleva, el cansancio posterior, la desmotivación por la consciencia de los obstáculos, la frustración. De ahí sacamos ideas sobre la importancia de las condiciones en que algo se ejercita –sea más la mente o el cuerpo, estábamos de acuerdo en que son inseparables–, pero también de la motivación previa, la disciplina y, sobre todo, la constancia. Estábamos de acuerdo en que, cuando el ejercicio se convierte en un hábito, el músculo mental, como el físico, adquiere mejor tono y se vuelve capaz de ejercicios más exigentes, a su vez.

Después hablamos un poco más sobre el estoicismo y explicamos la diferencia entre otros sentimientos y las pasiones, aquellos sentimientos que nos pueden nublar la razón y que son, por ello, capaces de condicionar nuestra vida durante mucho más tiempo del que duran en nuestro ánimo.
Algo relacionado con ello y que también explicamos fue el concepto griego de diakrisis, es decir, el proceso por el que distinguimos aquello que está en nuestra mano cambiar y aquello que no lo está. Es una noción fundamental para la filosofía estoica, ya que ahí reside la gran utilidad de la razón, tanto en intentar mejorar aquello que es posible y deseable que mejore como en aceptar aquello que no podemos cambiar, evitando así sufrir innecesariamente por ello.
Así pues, repasamos una lista de cosas que quizá pudiéramos cambiar o quizá no y hubo cierto debate: ¿puede una persona cambiar su coeficiente intelectual? ¿Intentar cambiar algo en nosotras mismas ya es una forma de cambiarlo, en alguna medida? ¿Cambiar la forma en que reaccionamos es, a la larga, cambiar nuestros sentimientos o es sólo gobernarlos?

En esta entrada también tenemos que distinguir entre lo que es un resumen y lo que es una sesión, así que no nos extenderemos más. Seguiremos el 10 de noviembre y, de momento, os dejamos como siempre con nuestros mejores deseos.


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